En la vida todo son lecciones y decisiones, y está en nuestras manos elegir cual es el significado que damos a los sucesos y situaciones que nos encontramos en el camino.
Ante un problema o una situación difícil en el presente, algunos se agarran a algo que ocurrió en sus vidas, algún gran problema o situación complicada de su pasado y lo convierten en la historia de su vida, y esa historia vuelve una y otra vez y sirve para justificarlo todo. Al obrar así, se convierten en victimas de ese problema, lo que sirve de eterno culpable de sus males y desgracias, y en la justificación de su inmovilidad ante la adversidad. Esa es la historia que se cuentan y que les impide cambiar y crecer.
Otros sin embargo, utilizan ese momento decisivo como una de las mejores lecciones de su vida, lo cual les permite crecer y valorar mejor las cosas importantes de la misma, aunque es cierto, que es el tiempo el que nos da esa perspectiva.
Cuando llega ese día, ¡es un momento mágico!, es como una revelación; es cuando te das cuenta de que tu peor momento, tu mayor problema, tu peor día, pudo ser......¡tu mejor día!.
Con el tiempo, te das cuenta de que en algún momento de nuestra vida, todos y cada uno de nosotros, atravesamos por una situación de profundo dolor. En ese largo camino hacia la cumbre personal, hay algunos peajes inevitables por los que tarde o temprano todos pasamos, oscuros túneles que parecen no tener fin, situaciones en los que los miedos y las dudas estrangulan la esperanza.
Ante un problema o una situación difícil en el presente, algunos se agarran a algo que ocurrió en sus vidas, algún gran problema o situación complicada de su pasado y lo convierten en la historia de su vida, y esa historia vuelve una y otra vez y sirve para justificarlo todo. Al obrar así, se convierten en victimas de ese problema, lo que sirve de eterno culpable de sus males y desgracias, y en la justificación de su inmovilidad ante la adversidad. Esa es la historia que se cuentan y que les impide cambiar y crecer.
Otros sin embargo, utilizan ese momento decisivo como una de las mejores lecciones de su vida, lo cual les permite crecer y valorar mejor las cosas importantes de la misma, aunque es cierto, que es el tiempo el que nos da esa perspectiva.
Cuando llega ese día, ¡es un momento mágico!, es como una revelación; es cuando te das cuenta de que tu peor momento, tu mayor problema, tu peor día, pudo ser......¡tu mejor día!.
Con el tiempo, te das cuenta de que en algún momento de nuestra vida, todos y cada uno de nosotros, atravesamos por una situación de profundo dolor. En ese largo camino hacia la cumbre personal, hay algunos peajes inevitables por los que tarde o temprano todos pasamos, oscuros túneles que parecen no tener fin, situaciones en los que los miedos y las dudas estrangulan la esperanza.
Son momentos de desolación, momentos de injusticia, de incomprensión y sufrimiento, en los que nada parece tener sentido. En los que a lo mejor, la persona en la que habías depositado toda la confianza, te traiciona , te abandona, te causa un gran dolor; o pueden ser momentos de alguna pérdida personal. Todo el mundo pasa por una situación así, por las inesperadas circunstancias de incierto destino, aunque has de saber que es parte de este juego que es.....¡la vida!.
Con el tiempo miramos atrás y vemos que esos momentos fueron decisivos en nuestra vida, que fueron momentos de las grandes lecciones pese al dolor emocional y la angustia existencial que sentimos entonces. Esos fueron los momentos que nos hicieron más fuertes, los que nos ayudarán a crecer, tanto emocional como espiritualmente.
Con el tiempo miramos atrás y vemos que esos momentos fueron decisivos en nuestra vida, que fueron momentos de las grandes lecciones pese al dolor emocional y la angustia existencial que sentimos entonces. Esos fueron los momentos que nos hicieron más fuertes, los que nos ayudarán a crecer, tanto emocional como espiritualmente.
Es difícil apreciar lo que es la felicidad y la alegría, sino has padecido la frustración y la tristeza. Es difícil saber que es la calma, sino has atravesado las tormentas. Es difícil apreciar las cosas sencillas de la vida cuando te han llegado fácilmente....y es difícil ser fuerte sino has necesitado serlo.
La fortaleza mental y emocional se desarrolla ante la resistencia de los retos y los desafíos de la vida ante la adversidad de los obstáculos que encontramos en nuestro camino y que nos ayudan a aumentar la capacidad de sobreponernos a las situaciones mas adversas.
Es necesario desarrollar esa fortaleza emocional, porque cuando todo se derrumba a nuestro alrededor y tratamos de resurgir de entre los escombros de los problemas y las dudas del presente, por costumbre, tiende a aparecer la pesada y justificadora historia de nuestro pasado que nos hace dudar de todo.
Ese es el momento crítico, el momento de las decisiones que pueden cambiar el curso de nuestra vida, es el momento de ser fuertes y el momento en que a pesar del inmenso dolor, levantemos el peso para no quedarnos aplastados por las circunstancias y el pasado, y mirar al frente hacia un nuevo y mejor futuro.
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